lunes, 26 de octubre de 2009

Eclipse

Eclipses que son de seda, algunos de lija, que eclipsan nuestro visor o alguien se encarga de eclipsarlo. No hay necesidad de darle un portento melodramático, ¿por qué tendría que darsele? ¿qué sentido tiene? Da lo mismo cerrar los ojos que ponerse gafas para pasar por la garita de los reflectores donde los estiletes con sus deletereas viscosidades se incrustan con escarnio a nuestros epitelios. No hay forajido que tenga el podio asegurado. Vendrá otro de mayor rankeo, más avezado y le raerá el marbete. Quedará el primero como un escuálido, y el que lo releve como un escualo, claro está no a sus propios ojos, sino a ojos de la cazuela que lo vitupereara con el cinismo que por la espalda le reconoce cual papel que le pega mediante un abrazo, “Eres bravo ah, saqueas las arcas a costa de esos pobres ganapanes que se la tienen que ganar con el sudor de la coronilla, tú piola nomás basta una aceitada y quedas pulento”, “Eres bravo ah, con todas las jermitas que te levantas, hasta se las quitas a los giles que te llaman amigo”, “Eres bravo ah, manejas alcoholico, lisias a un par de cojudos que se cruzaron en tu camino, y después de haberte tensionado, un par de llamadas, el fiscal, el juez, y les recuerdas los agapes de la facultad en el Habana”. Es así, la gente a los pobres diablos les lanza estiércol, a los pendejos soterrados loores. De allí que se deriven la seda y la lija, de allí la maníquea e informe cualidad de la justicia que condena con laureles a quienes han sido transfronterizos, llamése tipos de catadura arribista sin importarles el cómo, solo el qué para llegar al poder que los vuelve terriblemente zotes. Ya nos pasa, tenemos ejemplos que en idiotez forajida son unas verdaderas deidades. Nos hacen eclipsar con una clepsidra que dura cinco años. Nos hacen ver la tiranía como una ridiculez que mas nos da vergüenza, ¡¡¡¡vergüenza ajena!!!, se creen tiranos pero ni en eso pueden descollar porque el tirano tiene un juicio torvo pero a la vez congraciante de darle lascas a los perrillos plebeyos, mendrugos que los consuelen pues quien esta acostumbrado al hambre con poquito siente que tiene bastante; pero con estos otorongos ni eso, ¡ni eso!, trabajan para el éter bufonesco como si fueran macacos que juegan a quién descascara más rápido las bananas, luego tropiezan, y luego nada, seguimos eclipsados contentándonos con que venga METALLICA. ¡¡Vaya, vaya, con estos jales si que estamos en los peldaños primermundistas!!!

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