viernes, 18 de septiembre de 2009

Indiferencias, aparte

Hay una historia que ratifica que cuando nos ponemos la mano en el pecho para colaborar por causas buenas se puede mover el mundo hacia mejores perspectivas, o al menos así como va, tan de mal en peor, por lo menos podemos con este tipo de demostraciones desacelerar el empeoramiento. Por estos días hay una campaña a la que lamentablemente la gente no le está dando la debida importancia. Todo lo manoseado o lo que es propenso a serlo puede barrer con toda la atención que alguien sea capaz de dar pero lo concerniente a cosas como el cáncer no pasa simplemente ser mirado desde el balcón con frases de “si pues qué pena da” o “hay que ponernos la mano en el pecho” pero a la hora de la verdad aquellas palabras no son mas que gaseosidad. No es así como se demuestra la convicción que uno dice tener. Por la calle hoy he estado ayer y antesdeayer viendo a los que ayudan a recolectar para la campaña de la LIGA POR LA LUCHA CONTRA EL CANCER y aunque hay que reconocer que hay personas que sacan con las más sinceras ganas de contribuir, otros ni tanto pero al final terminan dando, pero una no despreciable parte es la que campea haciéndose de la vista gorda cuando los voluntarios estan por donde transitan y he visto que algunos voluntarios ni siquiera se les acercan y ya hay como una preprogramacion para huirles, buscando no pasar tan cerca de ellos como para no sentir seguramente el retortijón por ser tan tacaños o indiferentes, que al final se consuman en una misma cosa: que mientras a uno de ellos no les aceche esas enfermedad ya sea directa o indirectamente, el mundo seguira siendo para ellos una confabulación para vivir así sin mas ni mas sin saber que cuando les toca, si es que les toca, otros serán los indiferentes, pero el infortunio será el mismo, o quien sabe, hasta peor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario